Dominio y pertenencia sin palabras.

“Tan callados, de pronto te entiendo y me entiendes,

Las palabras nos sobran cuando se trata de comprender lo que deseamos

Bastan unas miradas, unos labios mordiéndose

Para “adivinar” lo que queremos, para sentir lo que sentimos.

Asientes con la cabeza, me acerco a ti, me besas, me tienes,

De nuevo sin decirme hada, me has hecho saber todo…”