Jamás pensé que me llegaras a gustar tanto,
al principio te me hacías aburrida, tediosa, incompleta:
¿cómo una guitarra y una voz llenarían de calor
los corazones humanos?
Qué joven estaba, ignorante, burdo adolescente aprendiz...
Pero un incidente cambió mi vida,
la traición de dos personas que creí inamovibles en mi vida
el resumen de un amor y una amistad aparentes
cambiaron para siempre la percepción de mi propia existencia...
"Olvidar" fue la primer canción con la que me identifiqué,
un día antes de la traición predestinada
el falso poeta exclamó "escucha esta canción, seguro te gustará"
♫Hoy siento frío, por lo largo de estos días
por lo ancho del camino, que he perdido y que no sé
por las horas que no he visto,
por tu ausencia y por la mía...♫ 1
"El grupo se llama Karatula, pero el cantante original se llama Fernando Delgadillo"....
Ahí nació mi amor por la trova...
Comencé a buscar canciones del creador de la canción informal;
en ese momento, la vida dio un giro de 180°
Hasta ese momento, quien creí la eterna musa
sucumbió a los enredos de su mayor, del pseudopoeta...
de quien me presagió con esa canción lo que pasaría.
Derrumbado estaba mi escaso mundo
la dimensión del día a día se volvía abisal,
ni la soledad quiso hacerme compañía
en un mundo donde lo infernal
parecía ser lo menos trágico...
Lo que había sido se fue con ellos,
quedando sólo un retoño del árbol caído;
"Olvidar" no sólo fue una canción,
fue un himno de recuperación
de auto crítica, de amor propio.
El escudo perfecto con la promesa utópica
de olvidar a quien dejó un corazón abierto
e infectado de mentiras y dolor.
La trova entonces se volvió un refugio
para mitigar ese sufrimiento, que para mí,
parecía interminable....
Entonces llegaron más canciones "hoy ten miedo de mí",
"no me pidas ser tu amigo", la recién estrenada canción
"noche sin luciérnagas"...
Parecía que habían leído el guión de mi vida
y lo habían adaptado en grabaciones excelsas
mágicas, completas... íntimas.
La guitarra se volvió el grito desolador,
cada nota, cada arpegio, cada acorde
describían por sí mismas
lo que significaba la vida para mí en ese momento.
Y qué decir de la voz... de esas súplicas de cada autor,
cada reflexión sumergida en tonos agudos y gruesos
que pedían la llegada de una solución para el naufragio
de dos vidas separadas...
La consolidación de una historia de amor verdadera...
Después de Delgadillo, llegaron otros como Oceransky
como Abel Velázquez, Lazcano Malo, y como olvidar a los maestros
Serrat, Sabina Y el Excelso Silvio Rodríguez que,
crearon en mí un nuevo panorama de la vida
con tus aventuras de faldas, canciones de protestas
y temas melancólicos y enamoradizos
revistieron en mí las esperanzas de volver a creer
de volver a amar...
y entonces descubrí que la trova ya había dejado de ser mi refugio
para convertirse en un nuevo estilo de vida.
Aquel retoño bajo las cenizas del sauce muerto
se había convertido en un nuevo ser
lleno de luz y capaz de seguir con un proyecto:
el de crear sus propias letras.
Porque el dolor vivido
me dejó conocer lo que me llena intensamente
lo que se volvió mi pasión
de lo que me llena hablar, pensar, oír, leer: sentir...
Porque ahora para mí, la trova no es una guitarra y una voz
son años de historias,
cientos o miles de voces coreando una canción al mismo tiempo
mientras se pierden las tesituras en un único ser
que es sensible, que intenta ver más allá... que es capaz de amar.
Porque aún se me eriza la piel
cada que escucho trova,
como la primera vez que llegó a mi vida,
como cuando oí por primera vez ese coro inolvidable...
pero que ya no duele... porque ese proceso terminó
Pero la trova se quedará conmigo siempre...
en cada rincón del mundo donde vaya
cualquier lugar a donde llegue
será la filosofía de mi vida...
Te amo trova.
