que manera tan extraña de quererte,
confusa, ilógica, irracional y a la vez hermosa.
EL demonio y el ángel tomados de la mano
el misterio, el dolor y la pasión fundidos...
mezcla de ti y tu esencia
mezcla de mi y mi locura: mi sinceridad.
te quiero y me quieres.
que más dan los títulos nobiliarios
si soy tu conde o tú mi duquesa
si eres reina de corazones y yo peón de ajedrez.
Al mar las lágrimas que derramamos en el pasado.
al viento los suspiros que dedicamos al dolor.
Te quiero y es lo único que sé,
y a tu corazón, y a tus risas;
incluso a tus desplantes, a tus miedos, a tus temores;
por qué también son míos cuando me abrazas
cuando me ves, incluso cuando me piensas.
Y sé que no eres mía, que no eres presa,
pero me gustaría volar a tu lado,
adepto a la tesitura de tus plumas ligeras
y de tu canto ruiseñor.
Y Volar, nadar, vivir, respirar, habitar...
Ser y estar contigo en las buenas,
en las malas y en las peores;
el verbo " to be" en tiempo perfecto...
en tiempo eterno... sin pretérito:
conjugarte en mi futuro...
Sin cadenas, sin miramientos,
sin más material que dos enamorados
que se internan en el amazonas del alma...
Qué utopía tan linda, tan peculiar
en la que dos distantes se acercan sin tocarse...
paralelos y necesarios,
opuestos y complementarios,
necesarios y persistentes.
Dichosos sean pues, los que quieren como nosotros
que viven esperando más qué el día anterior,
pero demuestran lo contrario para evitar
que el amor se convierta en cenizo.
Desgraciados vivamos así,
sonriendo cuando no estamos y sufriendo cuando nos tenemos
que el río corra y que mi boca busque beber de él
para después volverme loco en el desierto árido
de las mundanas llanuras que cercaron el oasis de tu principio
de tu acto final...
qué extraña manera de quererte.... ¡¿y qué?!
me siento vivo cuando lo hago,
y tus ojos fijos detienen el fundamento tiempo
cuando coincides en quererme de ese modo circunstancial.
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