en la vértebra más dolorosa...
Descubriste el misterio
que ni yo mismo habría encontrado....
vivo en una muralla,
en una fortaleza
con cadáveres pestilentes
con decepciones a flor de piel...
con miedos, con soledad.
no hay ventanas en mi habitación
y en las paredes grabo día a día
detalle a detalle tu ausencia.
aprendí perfectamente a sonreír,
a ser el arlequín frente a la corte
a vivir en un duelo permanente
sin que nadie lo note,
sin que nadie indague,
sin que nadie traspase el límite
que le puse a mi fragilidad.
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