miércoles, 9 de febrero de 2011

Y le conté a mi corazón.

No soy el mejor amante
creo que no es mi vocación
ilusorio es sentirme avante
cuando soy un perdedor.

Jamás supe enamorarme
ni encontrar a una mujer
quererte fue ilusionarme
¡transportarnos al edén!

La tregua del desencanto
portaba vestido marrón
cabello rubio, enmarañado
resplandeciente con el sol.

Y la vi con gran sorpresa,
la marea al fin sucumbió
y aunque fuiste mi certeza
ríspida fue mi reacción.

Y le conté a mi corazón
que comencé a emocionarme
a ser víctima, a ser parte
de este juego de ilusión

Y le conté tantas historias
qué el también se esperanzó
y se encargó de presentarnos...
de flecharnos a los dos.

Nos faltaron las palabras,
no supimos que decir
nos sobraron las miradas:
sólo así te pude oír...

La noche fue nuestra testigo
algún farol fungió de juez
mi cama te solicitaba a gritos
y tú pedías ser mi fe.

Tan tuyas fueron mis caricias
que mis ojos se incendiaron
Tu cuerpo, flor y delicia
mi alma, guitarra y canto.

Y los gritos se fugaban
prisioneros surcaban el mar
de sensaciones y tornados
que nos supimos brindar...

¿y me preguntas que es poesía?
Diría Bécquer entre copas
el responde "la poesía eres tú"
a la mujer más bella de sus coplas.

Yo le diría a mi corazón
que el amor es no existente
pero te conocí a ti
hoy, todo es diferente.

Cambiaste mis perspectivas,
mis costumbres mis andanzas,
el amor tiene tu nombre
y por rostro, lleva tu cara.












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