Si eres la persona más caprichosa y voluble
si tus besos saben amargos...
Si hoy estás y mañana quizá no.
Y yo aquí preocupándome si duermes, comes o ríes,
si estás enferma o te sientes triste...
Desvelando mis añoranzas por que mejores tu semblante.
No es así. nunca lo ha sido
has roto los eslabones,
has desaparecido las satisfacciones
y diste rienda suelta al desencanto.
Pintaste de gris lo que tenía tonos azules,
pintaste de negro el rojo pasión
y ceñiste las rosas al mar muerto...
Bienvenida al índigo de mi desierto
a la tundra de nieve sepia
al coliseo sin leones,
a la selva sin leones
a la vida sin leones...
Capaz de defenderme de fantasmas
pero no de retratos,
imposibilitado de verte a lo lejos
pero incrédulo de tenerte cerca.
¿A qué jugamos?
¿A que hoy me quieras y yo siempre?
¿A que yo te extrañe y tu nunca?
Caminamos entre hojas secas
que truenan como reclamos tuyos en mis oídos;
como copas de cristal que se rompen en mis espaldas,
y sin embargo son tus besos desnudos...
¡Abrígate si te quedas
o desarrópate si te vas!
Limpia el desorden en el piso de mi corazón
y trata de no llevarte nada
salvo las cortinas sucias y los recuerdos.
Sigo aquí, sí. Pero es porque tienes algo mío:
se llama alma y está guardado en el ropero de tu ausencia,
ahí, junto a la camisa y los pantalones rotos
que ya no usas.
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